miércoles, 19 de noviembre de 2008

SUELO PRINCIPIO DE LA AGRONOMIA

Productos de la meteorización



Hemos visto a lo largo del tema anterior como se produce la meteorización, y cuales son sus principales productos: los clastos, geles e iones, que son transportados hacia los medios de depósito. Pero hay minerales y rocas que son producto de estos procesos, produciéndose una acumulación in situ característica. Los más extendidos son los regolitos y suelos, las lateritas y bauxitas, y los gossans. También nos vamos a referir dentro de esta tema a los procesos de degradación de la piedra natural, lo que recibe el nombre genérico de "mal de la piedra".
Regolitos y suelos
La acción de los agentes atmosféricos sobre las rocas existentes en la superficie del planeta produce unos cambios en su naturaleza cuyo alcance hemos visto en el tema anterior. El resultado es la formación de un manto más o menos continuo de materiales intensamente alterados, de espesor variable y caracteres que dependen en el detalle de diversos factores, entre los que los más importantes son la naturaleza de la roca original y el clima existente en la región.
Denominamos regolito al conjunto de materiales producto directo de la meteorización de un sustrato. Se trata de un conjunto de materiales relativamente homogéneo, formado por los fragmentos de la roca original, y de minerales neoformados durante el proceso (arcillas, carbonatos).
Por su parte, recibe el nombre de suelo este mismo conjunto cuando aparece estructurado, es decir, dividido en una serie de bandas u horizontes, que se originan durante la evolución geológica y biológica del regolito.
Esta diferencia explica el que al "suelo" de otros planetas, como el de nuestro satélite, la Luna, no se le denomine así, sino regolito: se trata de una acumulación no estructurada de polvo cósmico y de materiales procedentes de la trituración de rocas de la superficie planetaria como resultado del impacto de meteoritos.
Los regolitos y suelos están formados por componentes sólidos, líquidos y gaseosos, además de un importante componente orgánico. Los componentes sólidos son los fragmentos de rocas y minerales procedentes de la meteorización. Los líquidos, el agua de infiltración, más o menos cargada de sales en disolución. Los gaseosos corresponden a aire atrapado en los poros del componente sólido, más o menos oxigenado cuanto mejor sea la porosidad del material. La materia orgánica corresponde a restos de la descomposición de organismos (vegetales y animales), más o menos transformada en ácidos húmicos, pero también materia viva: raíces de plantes, y microflora bacteriana saprofítica.
El suelo se utiliza con fines agrícolas, ganaderos y como reserva forestal; son muy importantes las modificaciones debidas al uso urbano de éste. Las actividades industriales, urbanas, agrícolas y ganaderas implican la existencia de residuos tóxicos o desechos peligrosos para los suelos y el agua. Los responsables de las explotaciones industriales, ganaderas y agrarias deben asegurar un tratamiento de desechos en los lugares adecuados a fin de degradar en el menor grado posible su valor ecológico y permitir su utilización posterior.
Perfil del suelo
Como ya hemos referido, cuando un regolito aparece estructurado recibe el nombre de suelo. Salvo en situaciones muy concretas, o en regolitos muy recientes, normalmente esta estructuración aparece desarrollada al menos en sus términos básicos. Es decir, que cuando observamos este manto de alteración existente bajo la superficie de cualquier punto de nuestro planeta, podemos ver que está formado por una serie de capas u horizontes, distribuidos de forma aproximadamente paralela a la superficie topográfica. Se pueden diferenciar tres horizontes principales, que se designan como A, B y C.
El horizonte A es el más superficial, y se caracteriza por su color oscuro, debido a la presencia en el mismo de abundante materia orgánica. Además, es el más intensamente afectado por los procesos de disolución, que arrastran sus iones hacia horizontes más profundos, por lo que se le conoce también como horizonte de lixiviación o de lavado.
El horizonte B recibe también el nombre de horizonte de acumulación, porque en él se produce el depósito de iones procedentes del lavado del A. Se caracteriza por la abundancia de componentes minerales, que pueden ser tanto arcillas, producto de la meteorización de la roca, como sales precipitadas: carbonato cálcico e hidróxidos de hierro son los más comunes.
El horizonte C es el formado directamente sobre la roca, por lo que está constituido mayoritariamente por fragmentos más o menos alterados y estructurados de ésta.
El proceso de formación del suelo recibe el nombre de edafogénesis. El proceso comienza con la formación de un regolito, sobre el que se implanta la vegetación y se produce la vida y muerte de animales y plantas. La acumulación de esta materia orgánica, y los procesos de lavado superficial producen la diferenciación de un suelo AC. Con el tiempo se llegan a desarrollar los procesos de transporte y meteorización avanzada que dan origen al horizonte de acumulación (B), formándose el característico suelo completo ABC

sábado, 4 de octubre de 2008


La clasificación del USDA (United States Department of Agriculture) reconoce varios órdenes de suelos, cuyos nombres se forman anteponiendo una partícula descriptiva a la terminación –sol.

  • ENTISOL: Casi nula diferenciación de horizontes; distinciones no climáticas: aluviones, suelos helados, desierto de arena...
  • VERTISOL:Suelos ricos en arcilla; generalmente en zonas subhúmedas a áridas, con hidratación y expansión en húmedo y agrietados cuando secos.
  • INCEPTISOL:Suelos con débil desarrollo de horizontes; suelos de tundra, suelos volcánicos recientes, zonas recientemente deglaciadas...
  • ARIDISOL:Suelos secos (climas áridos); sales, yeso o acumulaciones de carbonatos frecuentes.
  • MOLLISOL:Suelos de zonas de pradera en climas templados; horizonte superficial blando; rico en materia orgánica, espeso y oscuro.
  • ALFISOL:Suelos con horizonte B arcilloso enriquecido por iluviación; suelos jóvenes, comúnmente bajo bosques de hoja caediza.
  • SPODOSOL:Suelos forestales húmedos; frecuentemente bajo coníferas. con un horizonte B enriquecido en hierro y/o en materia orgánica y comúnmente un horizonte A gris-ceniza, lixiviado.
  • ULTISOL:Suelos de zonas húmedas templadas a tropicales sobre antiguas superficies intensamente meteorizadas; suelos enriquecidos en arcilla.
  • OXISOL:Suelos tropicales y subtropicales, intensamente meteorizados formándose recientemente horizontes lateríticos y suelos bauxíticos.
  • HISTOSOL:Suelos orgánicos. depósitos ogánicos: turba, lignito.... sin distinciones climáticas.

miércoles, 1 de octubre de 2008


Rocas Sedimentarias


Las rocas originadas a partir de la consolidación de fragmentos de otras rocas, de restos de plantas y animales o de precipitados químicos, se denominan ROCAS SEDIMENTARIAS.


ROCAS SEDIMENTARIAS DETRÍTICAS son las formadas a partir de la sedimentación de trozos de otras rocas después de una fase de transporte. La clasificación de estas rocas se basa en los tamaños de los trozos que las componen. Las constituidas por trozos de tamaño grande son los conglomerados, las areniscas poseen granos de tamaño intermedio y los limos y arcillas poseen trozos muy pequeños.


ROCAS SEDIMENTARIAS QUÍMICAS Y ORGÁNICAS son las formadas a partir de la precipitación de determinados compuestos químicos en soluciones acuosas o bien por acumulación de substancias de origen orgánico. Un tipo muy común es la roca caliza, formada en su mayor parte por restos de organismos como corales, algas, etc. aunque también puede originarse por precipitación de cementos calcáreos. Las tobas calcáreas son rocas muy porosas y con abundantes restos vegetales que se originan en los ríos cuando el carbonato de calcio precipita sobre la vegetación.
Los carbones y petróleos son rocas sedimentarias orgánicas originadas a partir de la acumulación de restos de materia orgánica.
ORIGEN DEL UNIVERSO

miércoles, 3 de septiembre de 2008

COMPOSICION DE LA ATMOSFERA


ESTRUCTURA LA ATMÓSFERA
Como consecuencia del escape al espacio exterior de los gases más ligeros (H2 y He) y de las numerosas reacciones de equilibrio que se producen entre la atmósfera, hidrosfera, litosfera y biosfera, la composición atmosférica es relativamente sencilla, con un 78% (en volumen) de nitrógeno, cerca de un 21% de oxígeno, 0'93% de argón, 0'035% de CO2 y pequeñas cantidades de otros gases, principalmente vapor de H2O, y polvo en suspensión.

HOMOSFERA
La mayor parte de la atmósfera está cerca de la superficie comprimida por su propio peso, de forma que en los primeros 6 Km se encuentra el 50% de la masa total, y hasta el 95% por debajo de los 15 Km. En ella las proporciones de los diferentes gases, constituyen lo que coloquialmente se llama aire y éstas se mantienen casi invariables hasta los 80 Km de altitud, donde comienza la heterosfera.
A su vez, la homosfera se puede dividir en tres capas:

  • LA TROPOSFERA, que alcanza una altitud media de unos 13 Km (7 Km en los polos y hasta 18 Km en el ecuador), aunque su espesor varía con las estaciones. Contiene casi el 80% de la masa de la atmósfera, aquí se encuentra la mayor parte del CO2 y del vapor de agua, y se originan los fenómenos meteorológicos -vientos, nubosidad, precipitaciones-. También hay cantidades variables de polvo en suspensión, que se concentra en los 500 m contiguos a la superficie -capa sucia-. Se produce un descenso constante de la temperatura -aproximadamente 1 ºC cada 150 m- con la altura en esta capa hasta llegar a unos -70 ºC en el límite superior o tropopausa, donde se producen fuertes corrientes de aire, las corrientes en chorro, o "jet streams".
  • LA ESTRATOSFERA, que se extiende desde la tropopausa hasta los 50 ó 60 Km de altitud. En su parte inferior la temperatura permanece baja, pero aproximadamente entre los 20 y 50 Km de altitud se encuentra la capa de ozono u ozonosfera, que al absorber la radiación ultravioleta solar, produce un aumento de la temperatura en esta zona, hasta alcanzar valores positivos en el límite superior o estratopausa, con un máximo de 0-10 ºC a los 50 km de altura. La transparencia del aire en esta capa es perfecta, debido a la ausencia de vapor de agua y partículas de polvo.
  • LA MESOSFERA es la última capa de la homosfera y se extiende hasta los 80 Km de altitud, límite denominado mesopausa. En ella disminuye la temperatura mucho hasta alcanzar los valores atmosféricos más negativos, de -80 ºC. No difiere en composición de las capas anteriores, aunque no presenta vapor de agua ni ozono.
    En esta capa abundan los vapores de sodio -la llamada por algunos autores sodiosfera- a 70 Km de altitud, que producen efectos lumínicos (nubes noctilucientes, formadas por cristales de hielo).
  • HETEROSFERA
    También recibe el nombre de ionosfera o termosfera, debido a que gran parte de las moléculas gaseosas están ionizadas por la acción de las radiaciones solares de alta energía. Dichos gases ionizados absorben radiación ultravioleta, con lo que la temperatura alcanza valores muy altos, aunque éstos no puedan ser registrados con los termómetros habituales, dada la bajísima densidad del medio en que se producen. La temperatura aumenta hasta unos 400 ºC en fases poco activas del Sol, pero alcanza más de 1000 ºC en momentos de actividad solar.
    En esta zona los gases no están homogéneamente mezclados, sino dispuestos en cuatro capas:
    Capa de H - 3.500 a 10.000 kmCapa de He - 1.100 a 3.500 kmCapa de O - 200 a 1.100 kmCapa de N2 - 80 a 200 km
    En esta capa se dan diversos fenómenos interesantes como la reflexión de ondas de radio y de TV., las auroras boreales, fenómenos luminosos producidos por la interacción de los iones de la termosfera con las partículas atómicas procedentes del Sol que, canalizadas por las líneas de fuerza del campo magnético terrestre, son concentradas en las zonas polares.
    Algunos autores consideran la termosfera como la última capa de la atmósfera, sin embargo otros consideran una última capa, la EXOSFERA, que corresponde a una zona con características propias y distintas de la capa inferior.
    El límite superior de la atmósfera no existe como tal, aunque éste podría corresponder a la zona de clara influencia y predominio del viento solar, constituido por diversas partículas subatómicas de alta energía que interaccionan con el campo magnético terrestre. Este campo magnético actúa como un escudo protector frente al viento solar, aunque algunas de las partículas aludidas son atrapadas por aquel y oscilan indefinidamente a lo largo de las líneas de fuerza de dicho campo, constituyendo los cinturones de Van Allen -magnetosfera-, a 3.200 Km. y 22.000 Km. de altitud.


    COMPOSICIÓN DE LA ATMÓSFERA
    Las características químicas de la atmósfera son distintas a diferentes altitudes como consecuencia de su propia estructura física, pero también debido a la influencia de sustancias traza que le confieren propiedades térmicas especiales y condicionan la mezcla vertical. Los límites inferior y superior de la atmósfera constituyen zonas especialmente activas de intercambio. En el límite inferior hay flujos muy importantes con biosfera, litosfera e hidrosfera. En el límite superior se produce la pérdida de los gases más ligeros, H2 y He.
    La atmósfera está compuesta:
    Gases mayoritarios, cuya concentración se expresa en porcentajes. N2 ,02 , vapor de agua, Ar y CO2
    Gases minoritarios, cuya concentración se expresa en ppm. Ne, He, CH4 y CO
    Traza, cuya concentración se expresa en ppb. N2O, O3 , SO2 y NO
    Otros, que se expresan en ppt o por n° de átomos o moléculas por m3
    De forma general, podríamos decir que la composición de la atmósfera es sencilla, 78% de N2 , 21% de 02, 0,93% de Ar y 0,035% de CO2. La concentración de los gases más abundantes, sigue la misma pauta de disminución en función de la altitud. Debido a ello, la composición porcentual varía muy poco con la altura.

martes, 2 de septiembre de 2008



ROCAS IGNEAS
Las rocas ígneas o magmáticas, tienen su origen en la cristalización del material fundido denominado magma. Este proceso tiene lugar bajo determinadas condiciones de presión y en presencia de una cantidad variable de gases disueltos. Éstos y otros factores controlan el aspecto de los productos resultantes, entre los que se encuentran las rocas ígneas. La cristalización del magma se produce como consecuencia de la pérdida de calor y el consecuente descenso de la temperatura en el seno del mismo.
El magma tiene dos orígenes posibles:
puede resultar de la fusión parcial de materiales de la corteza terrestre
puede provenir del ascenso y acumulación de una fracción de materia fundida del manto superior
En cada caso la composición química de cada uno de los productos resultantes será muy diferente.
El magma puede tener materiales de composición intermedia, pueden resultar del agregado de material fundido proveniente de las rocas que atraviesa durante su camino hacia el exterior. El magma utiliza dos formas fundamentales para ascender:
desplazándose por las fracturas abiertas y los poros del material que atraviesa
asimilando, es decir fundiendo e incorporando, la roca que atraviesa.
La clasificación de las rocas ígneas
Una primera clasificación de las rocas ígneas ha sido esbozada en los párrafos anteriores. Una segunda clasificación hace referencia a la composición mineral de esas mismas rocas. Existen otras clasificaciones que, en lugar de utilizar la composición mineral tal como puede ser deducida de la observación a ojo desnudo o al microscopio, se basan en análisis químicos más o menos complejos, es decir, a través de procedimientos diferentes.
La clasificación más extendida, y que resulta de gran utilidad en el campo, hace referencia a la proporción entre los minerales félsicos son de colores claros y los máficos son de colores oscuros.
Rocas intrusivas
Las rocas intrusivas tienen como característica el haber cristalizado en las profundidades de la corteza terrestre (desde kilómetros a decenas de kilómetros de profundidad). Como el calor se fue disipando lentamente durante el proceso de cristalización, los cristales individuales pudieron alcanzar gran tamaño (habitualmente varios milímetros y hasta algunos centímetros).
Texturas y estructuras de las rocas intrusivas
Las texturas representativas de las rocas intrusivas son aquellas caracterizadas por la presencia de cristales distinguibles a ojo desnudo. Cuando los tamaños de los cristales de los distintos minerales son aproximadamente similares (equidimensionales) se habla de una textura granosa, típica por ejemplo del granito y el gabro.
Los cuerpos de rocas intrusivas, llamados plutones, pueden adquirir diversas formas, a veces influenciadas por la estructura de las rocas que atraviesan.
Se denominan batolitos a los cuerpos de roca más extensos (de dimensiones de decenas o centenas de kilómetros de ancho y largo) cristalizados a gran profundidad en las raíces de las cadenas de montañas. Estos batolitos sólo son reconocidos cuando la erosión se ha encargado de eliminar toda la cubierta de rocas sedimentarias, volcánicas y metamórficas que los cubría.
Se denominan lacolitos a los cuerpos de roca más pequeños, que se insertan en forma de lente entre los paquetes de estratos.
Se denominan apófisis a los cuerpos de roca de forma irregular que, desde el plutón penetran la roca de caja.
Los cuerpos de geometría tabular pueden separarse en dos grupos, los que se disponen paralelamente a la estructura de la roca (por ejemplo la estratificación) denominados filones (o filones-capa) y los que lo hacen transversalmente a ella, los diques.
Pegmatitas
El término pegmatita refiere a una textura, como ya hemos visto, pero también a la roca que presenta esa textura. En general las pegmatitas están asociadas a magmas ricos en sustancias volátiles y su importancia radica en que en ellas se desarrollan cristales de minerales ricos en algunos de los elementos químicos menos abundantes en la naturaleza. Los fluidos del magma, que contienen principalmente vapor de agua, boro, cloro, flúor, tungsteno, estaño, litio, etc. dan lugar a minerales poco comunes como berilo, fluorita, apatita, wolframita, espodumeno y otros, que se asocian al cuarzo, los feldespatos y las micas más frecuentes.
Los xenolitos
Reciben el nombre de xenolitos los fragmentos de la roca de caja (roca que se aloja el magma) que son incorporados al magma sin fundirse totalmente, y que luego quedan como testigos del proceso intrusivo en la roca cristalizada. Los xenolitos pueden variar en su tamaño desde unos milímetros hasta decenas de metros. La presencia de xenolítos permite obtener información acerca del tipo de roca presente en profundidad (la roca de caja), la que puede no ser accesible por otros medios, pero que ha sido transportada hacia niveles más altos de la corteza terrestre por el magma ascendente.
Rocas extrusivas
Se dice que las rocas son extrusivas o efusivas si se derraman sobre la superficie terrestre antes de solidificar completamente. El material extruído, denominado lava, puede perder los gases en forma lenta o brusca. Si la expansión de las pequeñas burbujas es muy brusca, se produce una explosión que puede fragmentar la roca en diminutas partículas de material vítreo (trizas) que se mezclan con los vapores de agua y los gases para dar las nubes ardientes, una de las formas de erupción más peligrosas para los asentamientos urbanos que puedan existir en el área de influencia.
Los orificios de la superficie terrestre, por donde la lava sale al exterior, reciben el nombre de cráteres. Los volcanes son el edificio construido por los materiales ígneos y en cuyo centro generalmente se ubica el cráter. Hay cráteres que semejan lagos de roca fundida que cubren la superficie sin apenas sobresalir del terreno; otros por el contrario se ubican en la cima de conos de varios miles de metros de altura.
Tipos y estructura de los volcanes
La forma y la estructura interna de los volcanes es variable. Algunos de ellos pueden estar formados íntegramente por coladas de lava, mientras otros lo están por materiales piroclásticos y un tercer grupo presenta ambos materiales. La forma externa de un volcán puede variar desde un alto cono de paredes más o menos empinadas a conos muy chatos, cuya base se extiende sobre centenares de kilómetros cuadrados (volcanes en escudo). Otro formato posible puede ser extensas fisuras que derraman lava a lo largo de centenares de kilómetros, y son las responsables de la erupción actual de extensos campos de lava en Islandia, como así también de otros más antiguos como los del Dekkan en la India o los del Paraná en Brasil-Paraguay y Argentina, que cubren miles de kilómetros cuadrados. Se denomina guyots a los volcanes aislados que desde miles de metros de profundidad en el fondo oceánico se elevan hasta la superficie, donde su cima aplanada es evidencia del efecto
erosivo de las olas.
Tipos de erupciones
No todas las erupciones son iguales, un mismo volcán puede incluso variar las características de sus erupciones con el tiempo. Algunas están caracterizadas por la emisión explosiva de grandes cantidades de fragmentos de mayor o menor tamaño y otras son tales que el material fundido se derrama del cráter en forma tranquila. Algunas erupciones pueden ser tan violentas como para destruir al mismo volcán en el que se originan. En algunos casos el volcán, al entrar en actividad, debe "empujar" hacia afuera todo un tapón de roca solidificada que obtura el cráter. Las efusiones lávicas pueden desplazarse por enormes distancias, a veces a gran velocidad, habiéndose medido valores de hasta 50 km/hora.
Las variaciones en el tipo de erupción son consecuencia principal de la composición química de la lava (magmas más pobres en sílice dan lavas más fluidas) y de la cantidad de fluidos presentes (magmas pobres en fluidos dan lavas más viscosas).
Texturas y estructuras de las rocas extrusivas
Algunas características texturales de las rocas volcánicas pueden ser: su tendencia a presentar cristales no distinguibles a simple vista, su asociación a materiales vítreos y la posibilidad de portar fenocristales. Un rasgo distintivo es la presencia de vesículas, es decir, burbujas de gas que han quedado atrapadas al enfriarse bruscamente la lava. La piedra pómez, usada como abrasivo, es una roca con esta textura. Estas cavidades dan origen a las amígdalas cuando son rellenadas con minerales de origen hidrotermal.
La colada es la estructura más característica de las rocas extrusivas. Tiene forma angosta y larga, es de espesor reducido que puede sin esfuerzo asimilarse a la de un río de lava solidificada. Estas coladas pueden superponerse unas a otras para formar los volcanes. Sin embargo algunos volcanes no están formados por coladas de lava solidificada sino por la acumulación de capas de piroclastos.
Otros resultan de una combinación de ambos materiales, dependiendo esto de las características de los magmas asociados a cada aparato volcánico. Cráteres menores, forman pequeños conos, llamados adventicios, en las laderas de los grandes volcanes.
En muchas ocasiones, la lava no alcanza la superficie y se enfría en profundidad pero muy cerca de ella, dando origen a las denominadas rocas hipabisales, que pueden tomar el aspecto de filones capa y diques. Los diques, cuando son muy numerosos pueden formar enjambres. Su textura es intermedia entre la de las rocas extrusivas y las intrusivas dependiendo de la velocidad a la que se enfriaron y de la cantidad de gases que retenía el magma al momento de su consolidación. Es común que estos cuerpos hipabisales presenten bordes con textura vítrea como resultado de su brusco enfriamiento, mientras que hacia el interior del cuerpo se desarrollan cristales de mayor tamaño. Las lavas en "almohadillas" son típicas de las erupciones submarinas. El enfriamiento de lavas muy fluidas, capaces de formar pequeñas arrugas al desplazarse, dan lugar a formas "cordadas" de lava que se amontonan unas sobre otras.